Mi visión sobre la final va a ser muy escueta y clara.
Sin desmerecer el trabajo que tienen autores y agrupaciones para preparar sus repertorios, a mi me faltó algo en la final de anoche: sorpresa.
Ninguna agrupación me sorprendió con su repertorio en algún momento de la noche. Cuando todo el mundo decide ir sobre seguro, el que sale perdiendo es el espectador. Sólo cuenta el intentar puntuar lo máximo posible arriesgando lo mínimo. El resultado: La gallina vieja y Los ilusionistas ganan "sin despeinarse" (que se me entienda la expresión). Lo explico, para mentes poco ágiles. No tuvieron que hacer un grandioso alarde de recursos ni de ingenio para llevarse el máximo galardón. Y los demás, a aburrirnos como ostras.
Mal por parte de la FOPAC en poner la final un jueves. El teatro, soso a más no poder. El ambiente, soporífero. Y mis compañeros Fede, Caba y Juanjo, enormes. Lo mejor de la noche, junto con Antonio Cabezas, mi maestro, y Sergio "El piti". Los pequeños gestos hacen muy grandes a las personas.
Eso fué lo que pasó dentro. De lo de fuera, mejor no hablar, aunque ya está todo aclarado y los rencores no conducen a nada. Eso sí, a más de uno le sientan mal las copas, sobre todo, cuando no tienen talla física para soportarlo.
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