miércoles, 18 de abril de 2012

La escala de valores


Ahora que estoy a punto de convertirme en auditor de Sistemas de Tecnologías de la Información (si apruebo el examen final), viene al caso un hecho que nos han narrado en uno de los incisos del pedazo de Master que me estoy currando en Antequera todos los martes. Os lo pongo aquí.

" Un profesional afín muy reputado y de moral intachable nunca anteponía su bienestar personal a la línea roja que ha marcado su empresa. Respetuoso, sincero y con un tratamiento a terceras personas realmente encomiable, tanto clientes como proveedores. De un día para otro, su hijo menor sufre una enfermedad muy grave que le va la vida en ello si no consigue 2 millones de euros en menos de un mes para intentar salvarle la vida en el extranjero.

Intentó conseguirlos mediante los caminos usuales, préstamos, sumar todos los recursos familiares, amigos y allegados pero ni por esas. Hasta que un día su ética se rompió en mil pedazos y consiguió los dos millones de euros con todas las malas artes que podáis imaginar dentro de su propia empresa. Sólo os digo que con todo el maremagnum cometió un asesinato a una persona que se antepuso en su camino, para que nos hagamos una idea de la dimensión del cambio.

Rompiendo con toda su ética y a sabiendas que todas sus acciones eran malas, consiguió el dinero necesario, salvó la vida de su hijo, se entregó a la justicia y está en la cárcel. ¿Es ético su comportamiento? ¿Es reprochable tener esa escala de valores? ¿Existirá una zona gris de valoración en cada persona que marque su destino? ¿No forman las empresas personas que velan por su propia escala de valores?"

Sin duda, yo también hubiera hecho lo mismo. Pero si en la escala de valores que tenemos cada individuo, uno antepone su ego y éxito personal a todo lo demás, pasando por encima de toda norma de ética y rompiendo las reglas del juego, yo no me considero capacitado para andar su mismo camino. Ni quiero hacerlo. Lo siento.