El Fuego, el Agua y el Honor, hace algún tiempo, se hicieron amigos y decidieron caminar juntos por el ancho mundo de la vida.
El
Fuego no podía jamás estar quieto en un solo lugar, y también el Agua
se movía sin descanso. En cuanto al Honor, era un huésped de cuidado, y
por esto lo persuadieron para que viajara en su compañía.
Pero
antes de ponerse en camino, convinieron en darse una señal de
reconocimiento, y así poder encontrarse en caso de que llegaran a
alejarse y a perderse el uno del otro.
Dijo el Fuego:
Dijo el Fuego:
-«Si por si acaso sucediese que yo me separara de ustedes, si ven humo será mi señal de que ahí me encontrarán».
-«En
cuanto a mí -dice el Agua-, si me perdiera de vista, no me busquen
donde vean sequedad o grietas de tierra; donde haya mucha vegetación,
allí estaré yo.»
-«En
cuanto a mí -comento el Honor-, abran bien los ojos y procuren no
perderme nunca de vista; porque si, por mala suerte, me pierden aunque
sea una sola vez, no me podrán volver a encontrar nunca más».
El concurso de agrupaciones del Carnaval Colombino, desgraciadamente, ha perdido el honor.
Que ustedes lo pasen bien.